VIAJE AL UNIVERSO
Pasa un jinete, setenta años, cansado, el alma apenas se sostiene en sus hombros, por ratos, juega y se aleja. Siente un escalofrió y le retumba el corazón ataviado de rutina, los arboles son solo eso, los pájaros lo alertan y estalla un trueno, levanta la vista por instinto, calcula el tiempo del agua.
Entre las nubes hay un destello de luz. El golpeteo del caballo es un tic tac. En la orilla del camino pernoctan algunas almas serias y aburridas, al pasar, la suya intenta bajarse del caballo, tose, suspira y se la traga.
Su casa es de tablas perfiladas al hacha, sin pintar, las gallinas aun suenan en las ramas del naranjo.
Desliza la puerta, conoce el aposento de memoria, sacude su cobija. Acurruca su cabeza en una almohada que es su tesoro.
Le pasa el día por los ojos, su caballo, las gallinas en el patio, el sol repercutiendo las horas, el camino, su tos, las gallinas, el caballo, el camino, las gallinas. Tose.
Su alma se levanta, le gusta salir por la ventana, sube al naranjo, es verano.
El cielo es un estornudo de estrellas.
MINOR PIEDRA